RUPTURAS Y AMBICIONES
Miguel A. Cáliz
(Ilustración de Chema Lumbreras)
E.D.A. Libros (Málaga, 2011)
Relatos
Toda ruptura surge como una necesidad y toda ambición termina conduciendo a un cambio; algo que intenta confirmar Miguel Ángel Cáliz a lo largo de este volumen, cuyas dos partes se distinguen y relacionan ya desde el título.
Rupturas reúne una serie de relatos cuyos personajes afrontan algún momento crucial de sus vidas. Narradas con un sutil sentido del humor, estas historias intentan proponer además una reflexión sobre el desencanto que provoca en ocasiones la cultura popular de nuestra época: el rock, el cine, los viajes o la televisión, se nos muestran aquí con todas sus contradicciones.
Ambiciones se compone de cuatro historias independientes entre sí pero encadenadas por inesperados vínculos narrativos, donde se exponen los sueños y afanes de unos personajes que podrían ser cualquiera de nuestros amigos o vecinos. Un ensayo narrativo en clave de género negro que indaga sobre la ambición, sin lugar a dudas uno de los fundamentos de la vida del hombre moderno.
“Rupturas y ambiciones”, resulta una mirada irónica a la cultura popular y a su forma de generar constantes narraciones.
Miguel A. Cáliz es escritor y editor. Nació en Granada, ciudad donde ha impartido talleres literarios durante algunos años y desde donde dirige las colecciones de cuento y de narrativa de Ediciones Traspiés. Ha sido asimismo coordinador de la revista SPJismos, dedicada al relato en la Red. Tiene publicado el libro de relatos “Inventario”, y la novela “Horas para Wallada” (Paréntesis Editorial); además, ha sido incluido en numerosas antologías, como por ejemplo “Relatos para leer en el autobús” (Edit. Cuadernos del Vigía) o “Ficción Sur” (Ediciones Traspiés).
Mantiene el blog: http://domuscaliz.blogspot.com/
De “Rupturas y Ambiciones”
1º) No existen géneros menores, sino tratados parciales.
2º) El estilo de un relato es un fórmula matemática, cuya solución sólo puede ser el propio relato. 3º) La reiteración es uno de los síntomas más evidentes de mediocridad.
4º) Durante el desarrollo de una historia hay que huir de la ambigüedad; o alimentarla de forma inteligente.
5º) La verdad en un relato nunca debe estar a la vista, aunque no tenga sitio donde ocultarse.
6º) Tras un buen principio, sólo es admisible un final brillante.
7º) Una frase lacónica, cuando es buena, resulta para el lector expresiva y elocuente.
8º) El relato debe finalizar dejando en el lector la sensación de que el cuento continua de algún modo.
9º) El triunfo de un cuento consiste en que el lector decida releerlo.
10º) *
* El último título de este decálogo queda a criterio del lector
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