Casi todos los relatos cuentan con un personaje lector, escritor, mayormente cuentista, que focaliza en la literatura el Sol de su vida. Para mí entonces fue fácil empatizar con ellos, porque compartimos la misma pasión.
Las propuestas son interesantes, denotan las influencias cortazianas que esperaba encontrar y el gusto por el riesgo y la experimentación que seguro el amigo Poli ha inculcado en él.
Fruto de ello es un cuento excepcional, original y muy trabajado, que sería merecedor de un espacio reservado en los talleres de escritura creativa. Estoy escribiendo sobre “Manual de instrucciones”, una ensoñación atrevida que cautivará a cualquier lector. ¿Qué dirían ustedes si leyendo las instrucciones de uso de su pequeño electrodoméstico recién comprado descubriese que alguien les cuenta su vida?
Fantástico.
Otros relatos que destacaría de la propuesta de Raúl Rubio son: “La epidemia”, cuento en el que la historia subyacente está presente desde su inicio para al final emerger, como mandan los cánones, superando la aparente historia principal. En este relato la literatura es pan de vida. “La boda del primo Beltrán” les llamará la atención por su final y porque demuestra que Raúl sabe guardar el secreto. “Aquelarre” me hizo disfrutar especialmente. Es un cuento para cuentistas que se verán reflejados en alguno de los personajes que pululan por él. El hastío final es compresible.
Con sólo estos cuatro cuentos el libro ya merece la pena. Pero hay más... y no se los voy a descubrir.
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