Dedicado al hijo de Juan Carlos Márquez
Se llama Daniel, pero yo le llamo Angus, porque tiene el pelo largo y ensortijado y se pasa todo el día dando pataditas al suelo. Tiene dos años y será melómano. No atiende a nadie, hace lo que quiere, pero si escucha algo de música conecta inmediatamente con ella.
Cuando viene a casa con su padre, mi vecino Mariano, y tengo puesto en el equipo algo blusero tipo BB King me mira con cara de interrogación y ojos de ver almas. Si suena algo de rock (muy, muy marchoso, por supuesto) se pone como una moto, en el sentido literal de la palabra, y corre de una lado a otro del salón haciendo pedorretas con los labios.
Algunas noches, ahora cada vez menos, mi vecino Mariano me lo trae después de cenar. Le enchufo los cascos con algo de Vangelis muy bajito, apagamos la luz, y sólo con la pecera iluminada en unos minutos se queda dormido.
Tiene suerte Mariano, yo al mío tenía que darle tres vueltas a la manzana con el coche.
2 comentarios:
Los peques son increibles, lo que se descubre de su mano, lo que nos enseñan.
Seguro que a Juan Carlos le encanta.
Besos.
Es que me acordé del micro que colgo en referencia a su hijo cuando lo releí el otro día.
Un beso
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