La enfermedad del lado izquierdo

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El destino no está escrito, ¿o sí? ---------- http://laenfermedaddelladoizquierdo.blogspot.com/

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martes, 17 de febrero de 2009

Dadá ha vuelto y un cuento de Poli (para celebrarlo)

DADÁ HA VUELTO
(mix de comentarios al post anterior)

Consulta dijo...
¿qué es "destadar"?
16 de febrero de 2009 15:02

BACO dijo...
Eso me pregunto yo
16 de febrero de 2009 18:35

BACO dijo...
Eso me pregunto yo
16 de febrero de 2009 18:35

La Biblioteca dijo...
¿Qué es una persona puntillosa?
Una erratilla la tiene cualquiera,
no empecemos el lunes retorcido.
Besos,Cris
16 de febrero de 2009 18:39

BACO dijo...
Eso me pregunto yo
16 de febrero de 2009 18:55

Miguel A. Zapata dijo...
Destadar: vocablo que, en individuos con el orificio bucal imprudentemente colmado de polvorones "La Estepeña", o bien con parálisis de ambos labios y la lengua severamente adherida al paladar, viene a significar lo que todos imaginábamos: desprender la tapa, abrir un recipiente sellado..., o séase destapar, coño, que hay que decirlo to.
16 de febrero de 2009 23:51

BACO dijo...
MAZ, la clave está en los polvorones. Una vez llegados a este punto, atrévete con un micro al respecto. Seguro que Poli de esto sacaba petróleo.
17 de febrero de 2009 9:18

La Biblioteca dijo...
Ja,ja,ja,ja!!! Chicos, me parto!
17 de febrero de 2009 18:57

Miguel A. Zapata dijo...
De polvorones (y otras fiebres)
"Ya en el servicio de urgencias, después del décimo lavado de estómago, aún en sus manos pálidas la caja familiar de La Estepeña colmada de envoltorios vacíos en celofán de colores, empezó él a adivinar, en las chanzas y risitas disimuladas de enfermeras y pacientes, el significado tan distinto que tenía la expresión "nos vamos a hinchar a polvorones" en los labios de aquella chica que se había deslizado en su cama ese sábado de diciembre por la noche"

Gracias, Miguel Ángel, por este micro. Ya decía yo que los polvorones daban para mucho.

Y ahora, los calvos de Poli.



“Enésima teoría de la relatividad. Y coda”

Somos doce, todos calvos. No porque se nos haya caído el pelo, que podría ser, sino porque somos calvos de nacimiento. Como la importancia de las cosas es siempre relativa, esto de la calvicie precisamente no nos quita el sueño. Quizá nos preocupe un poco el futuro, qué habrá más allá de estas paredes, si terminaremos juntos nuestros días o si finalmente acabará cada uno por su lado, sin acordarse de los otros para nada. Pero no nos peleamos por eso.
Somos doce, y todos blancos. No existen razones para que entre nosotros se den las trifulcas y los altercados de las razas o las etnias. Sabemos que en otro lugar estarán reuniéndose ahora mismo los que tienen otro color, igual da más claro o más oscuro, y que también ellos tendrán sus preocupaciones, quizá de orden radicalmente distinto de las nuestras. Lástima no haber alternado los tamaños, los colores..., hubiera sido todo mucho más divertido.
Leemos en una misma página del periódico noticias que hablan de felicidad junto a crónicas que relatan batallas y tristes sucedidos, enjundiosos artículos que pretenden arreglar de una vez por todas los problemas del mundo junto a otros que se ocupan de pequeñas menudencias, apenas un guiño de humor que pasa inadvertido. Con todos ellos sin distinción nos entretenemos ahora, a la espera de lo que tenga que llegar. El tiempo que a nosotros nos toca es de todas formas tan breve... Comparado con el tiempo total que lleva dando vueltas el universo, casi da un poco de vergüenza pensarlo. Apenas un segundo estuvieron sobre la piel de este planeta algunas especies temibles y portentosas, cómo vamos a ser importantes nosotros, tan calvos además.
Así que esperamos muy juntos, como digo, leyendo las noticias de esta hoja sobre la mesa de la cocina, teniendo claras tan sólo unas cuantas cosas esenciales. Saldremos del cartucho uno a uno o de dos en dos, unos para fritos, otros para cocidos o pasados por agua, quizá con suerte y con patatas dos o tres juntos y en tortilla. Y nada más.
* * *
Ellas, sin embargo, pretenden disentir. A su manera, quisieran pronunciarse, manifestar nuestra singularidad. Pero mi mayor volumen se impone y las aplasta. Además, ya se decidió en su momento: de las tres que habitamos este espacio, soy yo la yema portavoz.


(Hipólito G. NAVARRO, Los últimos percances, 2005)

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial, Esteban, has creado el primer cadáver microexquisito y collagénico de la historia de los blog, que no son otra cosa que historias transgénico-colágenas de exquisitos cadáveres microscópicos.
(Hoy me sentó fatal el poleo)

Baco dijo...

¿Poleo? Vamos, vamos que se huele el aliento desde aquí... Cómo se nota que es viernes.
Buen finde

Baco dijo...

Por cierto, yo he venido por lo del anuncio.
Ya, es que a mí eso de follar me interesa.
Los viernes no digo nada.