La enfermedad del lado izquierdo

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El destino no está escrito, ¿o sí? ---------- http://laenfermedaddelladoizquierdo.blogspot.com/

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jueves, 30 de septiembre de 2010

Plan 9 del Espacio Exterior en el issuu

Ya podeís leer y descargar de modo gratuito la revista Plan 9 del Espacio Exterior


martes, 28 de septiembre de 2010

Un cuento de Vicente Muñoz Álvarez





EL ANIVERSARIO



Eran las once y diez de la mañana de un domingo. Ella aún no se había levantado, aunque llevaba ya un rato despierta. Él preparaba cuidadosamente el desayuno: café con tostadas, zumo naranja y huevos.
La noche anterior se habían acostado tarde, para celebrarlo, después de tomar unas cervezas y cenar con vino tinto. Al llegar a casa habían hecho el amor sobre la alfombra del pasillo y habían terminado diciendo tonterías y riéndose medio borrachos en la cama.
Ahora él caminaba despacio hacia el dormitorio, procurando mantener en equilibrio la bandeja. Buscó a tientas el interruptor y encendió la luz del cuarto.
- Felicidades, nena, el desayuno ya está listo...
Ella se incorporó, estiró los brazos y esbozó perezosamente una sonrisa.
- Igualmente, cielo - dijo mirando de reojo la bandeja -. Tiene un aspecto estupendo... Y en la cama, además, como en los viejos tiempos...
- Como en los viejos tiempos, claro que sí - añadió él -, como en los viejos tiempos...
Mientras desayunaban, eligieron en la Guía del Ocio un restaurante a la altura de las circunstancias e hicieron también planes para la tarde. Luego ella se levantó, salió de la habitación y regresó a continuación con un paquete.
- Es para ti - dijo -. Espero que te guste...
Él lo abrió nervioso, sin despegar el celo del envoltorio, rompiendo con estrépito el papel. Eran una gafas Ray Ban de cristales verdes, último modelo.
- ¡ Boahhhhhhh ! - gritó -. Son estupendas, Cris, de veras, ya sabes la ilusión que me hacen... Pero espera - añadió -, tú también tienes un regalo...
Se levantó con las ellas puestas, después de darle un beso, y sacó de su mesita de noche un paquete pequeño, de color azul brillante, que ella abrió cuidadosamente, como temiendo que pudiera romperse en sus dedos.
- Es una cruz maragata - dijo él -, de las que cuelgan de esos collares de plata y piedras rojas. ¿ Te gusta ? La encontré en un anticuario...
- Me encanta - dijo ella -. Es preciosa, de verdad, preciosa...
- Iba a comprarte una cadena, pero no vi ninguna que me gustara, me parecía que no pegaban demasiado con la cruz...
- Da lo mismo, quedará bien con un cordón de cuero, ya verás...
Apartaron de la cama la bandeja con los restos del desayuno y se volvieron a acostar.
- Van ya diez años - dijo él - ¿ Te das cuenta ?
- Claro que me doy cuenta - dijo ella -. Y hasta asusta... Llega un punto, a partir de cierta edad, en que no ya no controlas igual el tiempo, se vuela a toda prisa, días, semanas, meses... y cuando te das cuenta se ha esfumado media vida... ¿ Recuerdas cuando teníamos quince años ? - añadió -. O menos incluso, doce, diez... El tiempo entonces era algo distinto, sin sentido ni importancia alguna... Se estiraba como el chicle hasta la Navidad, hasta Semana Santa, hasta el verano... Y ahora es justo al revés: se esfuma, el tiempo... Y además lo olvidas todo... Las pequeñas cosas, quiero decir, las conversaciones, los detalles, los amigos, los regalos... Es triste, la verdad... Que te quedes con los grandes acontecimientos sólo... O con detalles absurdos, a lo sumo: olores, imágenes, secretos...
- ¿ Cómo que secretos ? - preguntó él sonriendo -. ¿ A qué te refieres ?
- Secretos - susurró ella -, juegos, cosas prohibidas... Los tienen todos los adolescentes, no te hagas el loco... Seguro que tú también tuviste alguno... a que sí, algo que no le hayas contado a nadie...
- ¿ Tú los tienes ?
- Todos los tenemos... Aunque sea mejor no confesarlos...
- ¿ Por qué ? - preguntó él.
- Porque son secretos, simplemente por eso - respondió ella.
Él se incorporó de la cama, apoyando su espalda en la pared y haciendo que ella se acomodara en sus piernas. La acarició los muslos, la melena, le besó el cuello.
- Quiero que me cuentes uno - dijo.
- Ni hablar - contestó ella -. Los secretos son secretos y punto. Se acabó.
- Por favor, Cris - insistió él -, cuéntame alguno, no me hagas esto, venga... Y yo te cuento otro...
Lo dijo impulsivamente, sin pensarlo apenas, mirándola a los ojos suplicante.
- Hay cosas que quizás sea mejor no saber de los otros - dijo ella -, cosas que tal vez los demás nunca entiendan...
- Pero es que yo no soy los otros - protestó él -. Soy tu marido desde hace diez años... Creo que tengo derecho a conocerte mejor, a que nos conozcamos algo más... Venga - insistió -, por favor, primero tú, me lo cuentas, algo que no le hayas contado a nadie, y luego yo, de verdad, te lo prometo...
- Vale, anda, no seas tan pesado... Pero tienes que jurarme que no te va a sentar mal ¿ de acuerdo ?
- De acuerdo - afirmó él
- Y luego tú - añadió ella -, sin trampas de ninguna clase...
- Conforme.
Se sentaron con las rodillas cruzadas sobre la cama, uno enfrente del otro, fumando un cigarrillo y mirándose fíjamente a los ojos.
- ¿ Listo ? preguntó ella.
- Listo - asintió él.
- Pues vale, venga: me lo hice con una amiga cuando tenía quince años... Una compañera de instituto. Esther, se llamaba...
- Nunca me contaste eso - dijo él sorprendido.
- Tampoco me lo preguntaste - contestó ella -. Además, era un secreto... No tenías por qué haberte enterado.
- Bueno ¿ y cómo fue ? Cuéntamelo...
- Éramos compañeras de clase. Algunas noches nos quedábamos a estudiar juntas y dormíamos en la misma cama, ya sabes, las mujeres... no somos como los hombres... nos acariciábamos, nos besábamos... Pero, por favor - añadió elevando la voz -, no pongas esa cara ¿ vale ? Encima que me has hecho contártelo...
- Es que estoy flipando - dijo él, de veras que estoy flipando... Diez años casados y me entero ahora de que de adolescente eras lesbiana, de que te gustaban las chicas...
- Oye, David, no lo tergiverses más tu ahora, por favor...No es que me gustasen las chicas, me gustó entonces mi amiga y punto... Y no como tú piensas, además... ¡ No éramos lesbianas !
- ¿ Bisexuales, entonces ? - preguntó él irónicamente.
- ¡ Amigas, David, sólo amigas ! Quieras aceptarlo o no... Y es bobada además que te lo intente explicar... No vas a entenderlo.
- Sí que lo entiendo, Cris - dijo él -, perfectamente: que te lo hiciste con una mujer... Es bastante sencillo...
- ¿ Bastante sencillo? - gritó ella -. La verdad es que no tenéis ni idea de cómo somos por dentro, las mujeres... Lo lleváis siempre todo al mismo sitio: sexo. Sólo eso. Y entre nosotras no siempre es así. ¿ Te enteras ?
- Vale, Cris, de acuerdo - dijo él -, no te enfades... Será mejor dejarlo así...
- Prometiste que no te iba a sentar mal, que lo ibas a entender... Eras tú el que querías que te lo contara a toda costa, ¿ no es así ?. Venga, dilo: ¿ no es así ?Me convences primero, me fuerzas a hablar, dices que puedes entenderlo y luego no ves más allá de tus narices, lo enrevesas todo, me pones mala cara... No debí habértelo contado, he sido una estúpida...
Se quedaron en silencio unos minutos, ella fumando un cigarrillo, él mordiéndose la lengua para no hacer más preguntas.
Entonces ella dijo:
- Ahora tú, David, te toca...
- No te preocupes - dijo él -, lo mío es más sencillo... No te llevarás grandes sorpresas...
- Adelante - dijo ella.
- Fue cuando vivía con mis padres en San Pedro, en un piso alquilado. Había un patio en la parte de atrás lleno de maleza y trastos viejos donde yo solía jugar por las tardes al regresar del colegio. Un día descubrí una camada de gatos dentro de una caja de cartón, detrás de los arbustos... Alguien debía haberlos dejado allí abandonados, en lugar de buscarles dueño o sacrificarlos al nacer. Y allí estaban, en la caja, maullando lastimeramente, negros, muy pequeños... Aún no habían llegado ni siquiera a abrir los ojos... Los estuve contemplando un rato, acariciándolos... y de pronto, no sé por qué, decidí matarlos yo mismo... Me dejé llevar por el instinto, supongo... Pero elegí un método erróneo... Llené la caja de papeles, ramas, cartones... y prendí fuego al interior... Fue horrible, el color negro del fuego, los maullidos y aquel olor... Me he arrepentido de ello muchas veces...
Ella le había estado escuchando en silencio y parecía a punto de echarse a llorar.
- Creí que te gustaban los animales - dijo -. Me lo has repetido mil veces: me encantan los animales, nena, sólo que no los quiero en casa... Me sé la frasecita de memoria...
- Eso no tiene nada que ver - dijo él -, claro que me gustan los animales... Aquello fue un acto reflejo, no me malinterpretes, en el fondo quería ayudarlos...Pero eso nada tiene que ver con el resto...
- ¿ Nada ? - preguntó ella -. ¿ Matas a sangre fría a esos cachorros y dices que te gustan de verdad los animales ? Eres bastante cínico, yo creo...
- No lo entiendes - dijo él -. Yo era un niño entonces... Fue algo instintivo e irracional, no por lo hice por malicia o porque me gusten o no los animales...
- Pero vamos a ver, David: te sorprendes porque te cuento que hace veinte años me acosté con mi mejor amiga y ahora quieres que yo acepte como si nada lo que tú me estás diciendo, que mataste a esos cachorros... Creo que no es justo...
- Vamos a dejarlo entonces, Cris - interrumpió él -. Vamos a dejarlo...
- No faltaba más - dijo ella -, ya estamos como siempre, cada vez que te enfadas, que algo te sienta mal, es lo que dices: vamos a dejarlo, Cris, vamos a dejarlo, y yo me tengo que callar porque te da la gana, porque eres todo un macho y punto. ¿ No es así ?
- Yo no te he insultado, Cristina - dijo él conteniéndose.
- Y yo tampoco, David, ¿ qué te crees ? Sólo te estoy diciendo la verdad, pero como siempre, no quieres hablar del tema, te mosqueas, cambias de conversación... Haces lo que te da la gana y estoy harta, ¿ me oyes ?: ¡ Estoy harta !
- Puedes irte cuando quieras - dijo él -. La puerta siempre ha estado abierta...
- ¡ Márchate tú ! - gritó ella -. ¡ También esta es mi casa !

Primero se levantó él. Y se encerró en el baño. Luego ella, tirando al suelo el cenicero y llenando de colillas la moqueta.
Cuando él salió, ya vestido, ella estaba en la cocina llorando, con un cigarrillo apagado en los dedos.
- Salgo a dar una vuelta - dijo él -. No me esperes para comer...
- ¿ Y adónde coño vas, si puede saberse ? - preguntó ella -. Siempre con la misma historia...
Pero él no contestó. Abrió la puerta muy tieso, con la boca contraída y sin mirarla, y salió a continuación de casa.
Ella, entonces, encendió temblando el cigarro apagado y se asomó a la ventana.
- ¡ Cabronazo ! - gritó al verle salir del portal -. Es nuestro aniversario...



Cuento perteneciente a Perro de la lluvia (Iralka, 1997) también recogido en la antología Mi vida en penumbra (Eclipsados, 2008)

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Un cuento de Petronio





EL LOBO




Logré que uno de mis compañeros de hostería -un soldado más valiente que Plutón- me acompañara. Al primer canto del gallo, emprendimos la marcha; brillaba la luna como el sol a mediodía. Llegamos a unas tumbas. Mi hombre se para; empieza a conjurar astros; yo me siento y me pongo a contar las columnas y a canturrear. Al rato me vuelvo hacia mi compañero y lo veo desnudarse y dejar la ropa al borde del camino. De miedo se me abrieron las carnes; me quedé como muerto: Lo vi orinar alrededor de su ropa y convertirse en lobo.
Lobo, rompió a dar maullidos y huyó al bosque.
Fui a recoger su ropa y vi que se había transformado en piedra.
Desenvainé la espada y temblando llegué a casa. Melisa se extrañó de verme llegar a tales horas.
-Si hubieras llegado un poco antes -me dijo- hubieras podido ayudarnos: Un lobo ha penetrado en el redil y ha matado las ovejas; fue una verdadera carnicería; logró escapar, pero uno de los esclavos le atravesó el pescuezo con la lanza.
Al día siguiente volví por el camino de las tumbas. En lugar de la ropa petrificada había una mancha de sangre.
Entré en la hostería; el soldado estaba tendido en un lecho. Sangraba como un buey; un médico estaba curándole el cuello.

Capítulo LXII del Satiricón
Es necesario saber dónde están los orígenes de los mitos. Es cuento fundamenta la corriente fantástica escrita (lógicamente había una tradición oral anterior) del hombre que se convierte en lobo. Muchos siglos después, aún aterroriza.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Próximamente: SIMPATÍA POR EL RELATO


Portada de Enrique Cabezón (KB)
(un millón de gracias)

Y el vacío ese que te queda, cuando los sueños se hacen realidad... Es parte del estribillo de un tema que compuse para SaL SaTaM, un grupo de rock que formamos cuatro pirados de Las Matas (Sal Satam es Las Matas al revés) hace muchíiiiiisimos años.

Tras más de dieciocho meses de curro, Patxi Irurzun y yo estamos a punto de ver cumplido un sueño, y no nos sentimos vacíos, porque nos espera lo mejor: disfrutar como locos de todo esto.

Hemos reunido a un buen puñado de músicos de rock (en su mayoría cantantes y letristas de grandes bandas) en torno al relato. Han escrito un cuento, un relato, una historia para ofrecérsela a sus más fieles seguidores.

Ni la falta de música que les acompañe, ni la ausencia del apoyo de la poesía que desprenden muchas de sus letras, ni el abismo de enfrentarse a un papel en blanco han conseguido doblegarlos.

Simpatía por el relato verá la luz a principios de noviembre. La editorial fuenlabreña Drakul ha apostado por un proyecto que esperamos que cuaje y tenga continuidad. Autores y antólogos ceden sus derechos a causas solidarias a beneficio de un comedor social en Pamplona y de una asociación de acogida a niños saharahuis en Fuenlabrada.

Como no podía ser de otro modo tratándose de rockeros, habrá una gira de presentación de Simpatía por el relato. Se presentará en librerías y después habrá una fiesta en garitos rockeros con música en directo.

MADRID, 17 NOV.
19:30 horas, presentación en Fnac callao. Ya hay confirmados muchos de los participantes en el libro.
21:30 horas, fiesta-concierto en Gruta 77. Se alternarán lecturas y conciertos de los músicos-autores con sus bandas.

FUENLABRA, 18 NOV.
19:30 horas, presentación y fiesta concierto en el Espacio jóven "La Plaza", con el mismo formato.

OVIEDO, 19 NOV.
19:30 horas, presentación en la Librería Cervantes.
21:30 horas, fiesta-concierto en La antígua estación.

Iremos colgando más fechas cuando estén confirmadas.

Y esta es la lista de participantes en la antología:

Julián Hernández (SINIESTRO TOTAL)
Kutxi Romero (MAREA)
Kike Suárez “Babas” (KIKE SUÁREZ & LA DESBANDADA)
Ajo (MIL DOLORES PEQUEÑOS/AJO)
Pablo Tamargo (BLACK HORDE)
Monty (SWEET LITTLE SISTER)
Carlos Pina (PANZER)
Juan Abarca (MAMÁ LADILLA)
Félix FX (HASH/BOSCO EL TOSCO)
Indio Zammit (TARZÁN Y SU PUTA MADRE OCUPANDO PISO EN ALCOBENDAS)
Antonio Yeska (YESKA)
Eduardo Izquierdo (LOS HIJOS BASTARDOS DE HENRY CHINASKI)
Josu Arteaga (LA BANDA DEL ABUELO)
Antonio Suárez “Lulu” (FORRAJE)
Ángel Petisme (ANGEL PETISME)
Roberto Moso (ZARAMA)
Francisco Nixón (Fran Fernández) (AUSTRALIAN BLONDE)
Rubén Pozo (PEREZA)
Agnes (LILITH)
Enrique Villarreal Armendáriz “El Drogas” (BARRICADA)
David Mardaras (HORSES OF DISASTER)
Miguel Conejo “Leiva” (PEREZA)
David Suárez “Suarón” (LOS MAJADEROS)
Enrique Cabezón (ENBLANCO)
Daniel Sancet Cueto (INSOLENZIA)
Felipe Zapico Alonso (DEICIDAS)
Eduardo García Martín “Luter” (LUTER)
Octavio Gómez Milián (EXPERIMENTOS IN DA NOTTE)
Kike Turrón (TURRONES)
José Luis Moreno-Ruiz (LA ENFERMERÍA ELÉCTRICA)
Iñaki Estévez (THE BLACK DOGS)
Javier Gallego “Crudo” (DEAD CAPO)


Salud&rock!!

martes, 14 de septiembre de 2010

VINALIA aterriza en Madrid


18 de Septiembre, 21 horas.
Casa de Los Jacintos, Arganzuela 11,
La Latina, Madrid
El fanzine más innovador y alternativo de todos los tiempos se ha reinventado.
Unos años después de la desaparición de la nave, ha acabado la hibernación voluntaria y la tripulación ha regresado a la Tierra.
Más que un zine el resultado es un libro de relatos impactante, con el valor añadido de una sepatada con poemas homenaje al primer vinálico: Raúl Núñez.
El sábado 18 de septiembre ocuparán Madrid.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Verdades absolutas que no quitan la ceguera


Leo los suplementos culturales que me guarda mi amiga Guadalupe cuando me apetece, no cuando se publican. Recupero en este blog un ensayo de Luisgé Martín de agosto pasado publicado en Babelia, con el que estoy totalmente de acuerdo.



LUISGÉ MARTÍN
Los legionarios de Cervantes


Tengo un amigo escritor -y colaborador ocasional de estas páginas- que siempre que puede abomina de la mercantilización de la cultura pero que está intentando desesperadamente ganar el Premio Nadal, el Alfaguara, el Biblioteca Breve o incluso el Planeta. Me relaciono también con otros dos o tres autores, conocidos de todos, que en sus columnas periodísticas arremeten apocalípticamente contra la partitocracia que gobierna España, contra la corrupción rampante y contra la inmoralidad de la sociedad en la que vivimos, y al mismo tiempo forman parte de jurados amañados, acuden a actos inanes pagados suntuosamente con dinero público y organizan camarillas de compadres endogámicas y mafiosas. Y son legión los que, invocando la elevada misión del arte y la austeridad que se le debe, desprecian los laureles y las glorias mundanas justamente hasta que les son concedidos a ellos. En realidad, los escritores no somos muy diferentes de esos obispos que, después de haber manoseado a un niño, se suben al púlpito para tronar contra los pecados de la carne.
Hay dos célebres aforismos que sirven en estos asuntos para aliviar la conciencia: "Haz lo que yo digo, no lo que yo hago" (Do as I say, not as I do) y "Todos debemos aprender a vivir con nuestras propias contradicciones". Con estas coartadas ya se puede cometer cualquier desmán. Ahí está, por ejemplo, Marcial Maciel, que, aunque fue pederasta, libertino, chantajista, estafador, plagiador, drogadicto e incluso asesino, según aseguran algunos periodistas que investigan su vida, no dejó nunca de predicar la pobreza, la castidad y la misericordia. Sus legionarios reniegan hoy de él, pero siguen bendiciendo sus enseñanzas sin pararse ni un instante a pensar que tal vez tanto rigor moral sólo puede ser concebido por una mente gangrenada. El trigo que es fácil de predicar pero imposible de ser dado no es nunca trigo limpio.
Hace poco le oí decir a Carlos Zanón, un escritor casi secreto, que la inteligencia es esa cualidad que le sirve a quien la tiene para darse cuenta de las trampas que se tiende a sí mismo, de los engaños con los que trata de embaucarse. Me pareció una definición fascinante. La inteligencia, de ese modo, sería la capacidad de no ser inconsecuente. La capacidad de mantener algún grado de coherencia -más allá de la retórica- entre lo que se dice y lo que se hace. El hilo que une los pensamientos y los actos.
Un sermoneador sólo tiene tres posibilidades taxonómicas: ser consecuente con sus sermones, ser un cínico o ser imbécil. ¿En cuál de las tres categorías debemos colocar al aspirante a un gran premio comercial que rechaza la mercantilización de la cultura, al apóstol de la pureza que exige un hotel de cinco estrellas pagado con dinero público y al fustigador de la frivolidad del mundo literario que busca cada noche su nombre en Google? En la primera de ellas no, por supuesto.
En los libros he encontrado siempre, desde mi adolescencia, las cavilaciones más lúcidas sobre la naturaleza humana. Los escritores -los buenos- son capaces de representar como nadie las flaquezas, las ambiciones y las miserias del alma. Resulta llamativo, por tanto, que no acierten a reconocerlas en sí mismos al primer vistazo. O que, si lo hacen, no enmienden luego sus soflamas. Habría que plantearles a muchos de ellos la disyuntiva que Juan Ramón Jiménez le ofrecía a León Felipe en la guerra, según recuerda Trapiello en Las armas y las letras: "O no gritar tanto o a las trincheras, León Felipe".
Luisgé Martín (Madrid, 1962) es autor entre otros libros de Las manos cortadas.



*************


A Luisgé Martín llegué de la mano de Rafael Chirbes hace 8 ó 9 años. Enardecido por los gintonics de costumbre, me dijo que no podía dejar de leer Los oscuros. Tenía toda la razón. No pudo hacerme mejor recomendación.

Años después coincidí con el autor en una tertulia en el Café Gijón de Madrid a propósito del cuento, y fue el único de los contertulios que no se rió cuando alguién preguntó por la sensación orgásmica al saber que se ha escrito un relato perfecto. Eso era la prueba de que él sí conocía esa sensación, de que alguna vez había disfrutado de ella, de que sabía que alguno de sus relatos rozaba la perfección. El resto de tertulianos, evidentemente, no.

Seré bueno y no daré ahora sus nombres.

Aquella noche con Chirbes también hablamos de otro joven autor que él me recomendaba y yo también conocía, Juan Bonilla. Acababa de editar La Noche del Skylab y los dos estábamos subyugados por su primer libro de relatos, El que apaga la luz.

El año pasado nos encontramos en Cosecha Eñe, junto al editor de Ya lo dijo Casimiro Parker, Marcus Versus. Por lo que hablamos acerca del panorama literario español en la actualidad, estoy seguro de que también Juan Bonilla suscribriría las palabras de este ensayo de Luisgé Martín.

¿Casualidades?

Las casualidades no existen, y menos si por medio anda el buen sentido literario de Rafael Chirbes: Los no alineados siempre andan escalando montañas.

Finalistas del Premio Setenil 2010

Este año se presentaron 82 libros de relatos y han superado el corte y pasan a ser valorados por el jurado, estos 10 títulos:

Los hábitos del azar
Francisco López Serrano
Renacimiento

Teoría de todo
Paula Lapido
Tropo

Un koala en el armario
Ginés S. Cutillas
Cuadernos del Vigía

Atractores extraños
Javier Moreno
InÉditor

Fantasías animadas
Berta Marsé
Anagrama

El menor espectáculo del mundo
Félix J. Palma
Páginas de Espuma

Azul ruso
Patricia Esteban Arlés
Páginas de Espuma

De mecánica y alquimia
Juan Jacinto Muñoz Rengel
Salto de Página

Bajo el influjo del cometa
Jon Bilbao
Salto de Página

El mes más cruel
Pilar Adón
Impedimenta


Lamento la ausencia de algún título, pero esperaré a saber el ganador para hacer un análisis de la edición de este año.
Suerte a todos y, como dice Juan Carlos Márquez en su blog (del que he rescatado la lista de finalistas, gracias JC, porque a fecha de hoy no figura la relación en la página oficial del premio), que gane el que le guste al jurado.