La enfermedad del lado izquierdo

La enfermedad del lado izquierdo
El destino no está escrito, ¿o sí? ---------- http://laenfermedaddelladoizquierdo.blogspot.com/

También estoy aquí...

También estoy aquí...
MI BLOG PERSONAL

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Alentejo Blues y otros textos, de Domingo López

Entre los muchos tesoros que me traje de la present de "Simpatía por el relato" de León, está este ALENTEJO BLUES Y OTROS TEXTOS, de Domingo López, al que no conozco, pero me gustaría conocer. De él me habló Patxi, hace tiempo, y luego Sir Bonilla, para invitarle a colaborar en AOLdE. Mira por dónde, Bufa me tenía guardada una copia (gracias Xen, cómo sabías que me iba a flipar), la nº8 concretamente, de esta colección de relatos (seis en total) tan supercuidada (formato de cd, papel grueso, acartonado, 101 ejemplares seriados y buena impresión).
Me ha durado un suspiro, pero he disfrutado de cada uno de los relatos, así que soy yo ahora el que dice: "¿no has leído Alentejo blues? Tienes que hacerlo. Merece la pena".

El botón de la muestra:




Tocaba correr

A veces lo cuento y alguien se sonríe,
reid, reid...”
ÑU – La noche del juglar (1999)

La Marilin dijo por la derecha y el Bodeler que por la izquierda y yo al volante y la avenida que se terminaba y había que girar a algún lado y en el asiento de atrás iban magreándose el Janfri y la Monse y la Lida también, a mi espalda, tapándome de vez en cuando los ojos con la manos y diciéndome cu, cu quién soy y en el loro sonaba a todo volumen los Stones y por todos lados había botellas y humo de canutos y risas. El buga, un alfa de pijos, lo habíamos ligado al principio de la noche y ya casi amanecía y fue el Bodeler, tirándose el pegote, quien dijo primero lo del alunizaje, ¿aluni que? pregunto la Monse con las tetas fuera y un yoes trompetero en la comisura de los labios. Jurdeles, nena, pillamos pasta gansa y seguimos la juerga en malibubích. Me salté otro semáforo y otro más de propina y torcí a la izquierda haciendo derrapar peliculeramente las ruedas, saltando el bordillo, rascando la carrocería con un quiosco de la once, ciego perdido, con una litrona vacía bajo el pedal del freno. El pasaje aplaudía, enroscados en el pedo, cantando de joda precaución amigo conductor, la senda es peligrosa y entonces alguien dijo la joyería, al final de la calle hay una joyería, no hay huevos y sonreí maléfico y me lancé a por ella como un toro, a ciento sesenta, pilotando con una mano en el volante y con la otra, para darme ánimos, biberoneando el gollete de la Daniel’s. Detrás, la Lida me comía el cuello a bocaditos, me susurraba guarrerías en la oreja, levantándome en verso la polla, y el coche volaba como una flecha hacia el blanco y entonces dije agárrense mis niños y acelerando a tope empotré por mis muertos el cacharro en la puerta del establecimiento y aquello hizo una escandalera y un ruido de mil demonios y saltaron alarmas y cristales por todos lados y entonces alguien dijo cabrón te equivocaste y fuimos a dar a un ultramarinos o almacén pero igual aprovechamos y salimos corriendo, yo con un jamón, cojeando de dolor, otra con un repuesto de fregona en la cabeza a modo de peluca, el otro tragándose un phoskito y nos montamos pitando en el carro, que arrancó y todo y dí marcha atrás y salimos de naja, sin parabrisas, soltando trozos de chapa, heridos, tarambanas, muertos de risa.




¿Qué?, ¿otro más?


ALENTEJO BLUES


- Bourbon, b-o-u-r-b-o-n, four roses si puede ser, jefe, faz favor - digo, no solo deletreando las silabas y exigiendo marca como quien pide priva en la luna, sino levantando la mano y mostrando cuatro dedos cuatro. El viejo me mira y sonríe, balbucea algo, se da la vuelta, agarra una botella polvorienta y me la muestra. Aguardente Vúlron, leo en la etiqueta.

- Vale, ok, ponga eso mismo - le digo por tomar cualquier trago. El viejo, satisfecho, abre el tapón y va en busca de algo, un vaso supongo.

Saco un cigarrillo. Afuera hace un bochorno de mil demonios. Desde la barra veo la moto a pleno sol, con el portaperros amarrado detrás y al Chucho, en el suelo, esperándome con las orejas caídas y la lengua fuera. No hay nadie por ningún sitio ni sé como diablos se llama el pueblo. Al menos estoy a salvo en la penumbra de la taberna y ya es algo. En la tele, sin volumen, lloran a lágrima viva en la consabida telenovela brasileira. Saco el mapa y lo miro cual aventurero irresoluto, de pacotilla. Cogí un desvío a campo traviesa y no tengo ni puta idea de donde estoy ni por donde se va a la costa. El viejo trae efectivamente un vaso sucio y lo llena. Obrigado, digo. Doy un gran trago y aquello me abrasa el gaznate y el estómago. Mis muertos. Se me han saltado las lágrimas. El viejo me mira y sonríe. Detrás suya, junto al póster descolorido del Benfica FC hay un cartel, escrito a mano: Precisa-se mozo para o bar. Oigo al Chucho ladrar. Vuelvo la cara y lo veo meneando festivamente el rabo y oliendo ensimismado a una perrita. Ya ligó, qué cabrón. El viejo me acerca amablemente un cenicero casi prehistórico, de Cinzano. ¿Se necesita camarero? ¿En esta tasca de mala muerte?, me pregunto, fascinado. Cuento las mesas, dos. Las sillas, cinco. Las botellas en el estante, doce. Las moscas, doscientas veinte. Y entonces entra alguien y oigo un dulce boas tardes y me giro y veo una chica morena, deslumbrante, que me sonríe también y luego besa al viejo, que la llama filha. Miro otra vez a la calle, al Chucho que, bajo el calor tremendo y sin más trámites se está tirando a la perrita, montándola, dejando prole por el mundo. Pago, por hacer algo, y dejo propina y todo. Cojo el macuto del suelo. La chica le pasa un trapo a una mesa y canturrea. La miro de reojo. Es muito bonita. Doy unos pasos, inseguro. No se adonde mierda queda el camping, lleno de guiris idiotas, ni adonde queda nada. Llego a la puerta. Adiós se dice adeus. El sillón de la moto me quemará el culo. Se necesita camarero. A la sombra de un buzón oxidado el Chucho, jadeante, está enganchado gozosamente a la perrita. Enciendo otro pitillo. Y entonces me digo, mierda, ¿por qué no? tampoco se está mal y me vuelvo y pido otro aguardiente de los cojones y le guiño un ojo cómplice a la chica y señalando el cartel que oferta el empleo me acodo en la barra de chapa y le digo al viejo que cuanta guita, que cuando empiezo y enfin, que si hablamos de negocios.


De 'Alentejo blues y otros textos', Papeles de Uno, 2010.


asoculturdalton@yahoo.es



Más textos de Domingo López aquí

lunes, 27 de diciembre de 2010

Especial erótico de Al Otro Lado del Espejo


AL OTRO LADO DEL ESPEJO: Especial Erótico

aL OTRO LADO DEL ESPEJO
Año 2. Especial Erótico. 84.págs.
Revista multidisciplinar y estacional
orientada al cuento y la ilustración.



Queridos amigos de lo breve:
Estamos de nuevo aquí, ofreciendo la ración de cuento necesaria para seguir soñando. Esta vez, serán zonas erógenas (no solo del cerebro) las que busquen nuestros autores invitados a participar en este número especial.
Cuentos con suspiros ahogados, de lencería transparente, explícitos; manuales, sonoros; cachondos, burros, maniqueos; mordaces, románticos;
para amantes del dolor, para mirones, para fetichistas.
Cuentos en el límite,
sobre la hoja afilada de acero que separa lo que se muestra
de lo que se aparenta mostrar.



NOS CUENTAN:
Donatien Alphonse François [MARQUÉS DE SADE]
+
Ana Patricia Moya + Ángel Olgoso + Antonio Bordón + Carlos Salem + Cristina García Morales + Esteban Gutiérrez Gómez + Javier Serrano + José Naveiras + Lucía Fraga + Luís Morales + Luisa Fernández + Mª Jesús Silva + Marisol Torres + Miguel A. Martín + Mónica Sánchez + Noelia Herrero + Patricia Monge + Pepe Pereza + Rafael José Díaz + Silvina Luz + Susana Obrero + Sylvia Ortega.




PORTADA BY

Miguel Ángel Martín

NOS ILUSTRAN:
Julio Santiago + Nares Montero + Bruno Chenon + María tapia + Jaime Llorente + Esperanza Covarsi Zafrilla + Ángel Muñoz (voltios) + Pablo Játiva López + Daniel Orviz + Luisa Fernández


domingo, 26 de diciembre de 2010

Pampanitos verdes, de Óscar Esquivias


PAMPANITOS VERDES
Óscar Esquivias
(Ediciones del viento, 2010)

SPA (Salud Para el Alma)

Existe un tipo de literatura que tiene poderes curativos. No me refiero a los tan demandados libros de autoayuda o a aquellos que redescubren civilizaciones lejanas y paradisíacas donde el consumismo y el estrés no existen. He hablado de literatura y estos ejemplos, desgraciadamente, no lo son; aunque no les quito el mérito de hacer que la gente lea. No, me refiero a ese tipo de narrativa que línea a línea, párrafo a párrafo tiene el poder de serenar el espíritu humano, de volverlo confortable, amistoso, de congraciarlo de nuevo con la vida. El poder de sanar el alma. Este tipo de literatura se da en pocos autores y en ninguno tan frecuentemente como en Oscar Esquivias.
Toda la narración procedente del ordenador del autor burgalés está dotada de bálsamos contra las prisas y las malas conductas compulsivas que a diario ejercemos los llamados seres humanos. La linealidad, el tono monocorde (y no por ello aburrido) que le caracteriza, su cercanía verbal, el sentimiento bondadoso, tierno, la melancolía, la belleza, hacen que el lector se enganche a sus historias, sean estas novelas o relatos, y se deje abandonar por la sensación última de volver a tener alegría por vivir.
Así me ocurrió con la lectura de la reeditada Jerjes conquista el mar o con su Inquietud en el Paraíso. Se puede decir entonces, que la literatura de Óscar Esquivias es el antídoto que necesitamos en la actualidad.

Pampanitos verdes esta lleno de historias de este tipo. Tiene la facultad Óscar Esquivias de hacer fácil lo complicado, de narrar sin necesidad de metáforas o adjetivos definitivos y enganchar al lector con su prosa cristalina y sus historias del ayer. Todos los relatos del libro están unidos por el mismo quiebro en la trama: el paso de una época a otra en la vida de una persona, el porqué de ese paso, la fundamentación del cambio de rumbo que toda historia debe contener. Lo curioso es que esa unidad temática no se dio para este libro de cuentos o no precisamente para él, sino que estos relatos tuvieron vida propia e independiente en los últimos dos años, reuniéndose en esta ocasión para su publicación. Esto significa que Óscar Esquivias dedicó buena parte de estos años a una obsesión: cuándo dejamos de ser lo que fuimos y nos convertimos en lo que somos. Y no sólo cuándo, también cómo.
Por simpatía, el aspecto postal de algunos de los relatos me ha llamado la atención (Viene Gordon, Mail Pride Chigado 2008) por su conocimiento casi exacto de la materia, al igual que el tratamiento de aspectos cotidianos en las vidas de los personajes. Se permite jugar con las estructuras narrativas (Monólogo del técnico de sonido es un buen ejemplo) y colma cada uno de los relatos de un sentimiento de asunción del hecho fundamental que permite mirar a la vida de otra manera: con una especie de melancolía positiva (si eso es posible).

Como esquiviano bebedor compulsivo, algunos de los relatos que contiene Pampanitos verdes ya me eran conocidos, como El chico de las flores o Viene Gordón, pero afronté su lectura olvidándome de lo leído para volver a sentir el trance de la sanación. El chico de las flores, con el que se inicia el libro, tiene un final ascendente, meteórico, que no recordaba o no quería recordar (no estoy seguro, táchese la opción equivocada si la hubiese). Viene Gordon tiene un quiebro en la trama que dejará impactado al lector que sin lugar a dudas empatizó con el personaje principal del relato. Son ejemplos de la estela en zigzag del barco sobre un mar en calma, de cómo Óscar Esquivias es capaz de engancharte con su narrativa sedosa y aparentemente simple para tirarte de la barca una vez que pareces calmado.
Exactamente igual que un mago, que se remanga la chaqueta, que te enseña las manos (siempre limpias), las manos (como recién lavadas), los pelos de los antebrazos de sus manos (¿pero son sus manos?) mientras te roba la cartera. Lo mejor es que Óscar Esquivias te roba la cartera y saca de ella lo podrido, lo mundano, para meterte una flor de papel tintada de ternura y te la vuelve a colocar en el bolsillo.
¿Y después?
Después la sonrisa, la exclamación, la sensación de conformidad con uno mismo, la sanación del alma, la alegría de vivir.
Como el mejor de los medicamentos.
Como la mejor de las magias.

Salud para el alma.

Esteban Gutiérrez Gómez, 2010

jueves, 23 de diciembre de 2010

VEN Y CÓGELO



La Elipa, septiembre, 1981.

Tenía 18 años cuando vi la portada del lp en la tienda de discos. Era una pasada, la serpiente encerrada en la manzana de cristal. Cada mañana me paraba frente a la tienda para ver esa portada al regresar del curro.

Un día entré y pedí el disco. En la contra la manzana estaba rota, los cristales sobre la mesa y la serpiente había desaparecido. Volví a la portada y me fijé en la boca de la serpiente, acerqué el disco a mis ojos para verlo mejor y no podía creerlo. Sí, era un coño, era un coño lo que guardaba la serpiente en la boca, un coño precioso, con su clítoris y todo.
Estaba flipado. Por entonces Estrella me estaba volviendo loco, que sí, que no.
La serpiente me decía "ven y cógelo" si tienes huevos. Era como una señal y yo me dejé guiar por ella.
Rompí el cristal.


Esteban Gutiérrez Gómez, 2010








Come an' get it


Are you woman enough
To take a man like me
Baby, I know what you got
You make it easy to see...


Now I wanna give you my loving
Believe me, babe, it's true
Maybe more than you bargained for,
But, now it's up to you...


So if you want it,
come an' get it,
I got something for you...
If you want it,
me an' get it,
I'll leave it up to you...



miércoles, 15 de diciembre de 2010

GROENLANDIA PRESENTA OTRO LIBRO MÁS DE NARRATIVA... "REALIDAD PARALELA", de ANA VEGA



GROENLANDIA presenta su nuevo libro de relatos:



REALIDAD PARALELA,

por ANA VEGA



“Ana Vega nos ofrece en Realidad paralela multitud de historias dibujadas con breves pinceladas. Al igual que los pintores impresionistas, su escritura busca conmover al lector con cortas frazadas llenas de humanidad y poder. Su alma poética guía su mano a lo conciso, a lo sustancioso, sin abandonar - como los buenos escritores de relatos - el gusto por el silencio explícito que hace pensar al lector”.

(del prólogo de Esteban Gutiérrez Gómez, “Bacovicious”)



Disponible ya en el SCRIBD y en el ISSUU de Groenlandia:



http://www.scribd.com/doc/45204852/Realidad-Paralela-Por-Ana-Vega




domingo, 12 de diciembre de 2010

Presentación del libro de relatos "Andar por el aire", de Julio Jurado.


Presentación del libro de relatos "Andar por el aire", de Julio Jurado.
jueves, 16 de diciembre a las 20:00
Lugar: Librería Tres Rosas Amarillas, C/ San Vicente Ferrer, 34 - Madrid

viernes, 3 de diciembre de 2010

Perversiones: tened cuidado hoy en Granada...

“Cuentos de la Carne”, Ana Patricia Moya

Groenlandia presenta:

“Cuentos de la Carne”
Ana Patricia Moya

El nuevo libro de relatos eróticos.

Ya disponible en los siguientes links:

http://www.scribd.com/doc/44552401/Cuentos-de-La-Carne
http://www.issuu.com/revistagroenlandia/docs/cuentos_de_la_carne
*****
Por fin Periquilla saca los pies bajo la sábana y nos muestra su narrativa corta.
De la mano de Pepe Pereza nos adentraremos en los rincones más protegidos de su cerebro.
Porque lo erótico, ya saben, reside en la cabeza.
En una habitación siempre iluminada.
La que ocupa la imaginación.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Dentro de muy poco...


...la próxima maravilla de Luis Miguel Rabanal.